Fundadora

Gladys Ramírez, más conocida como la “Popa”, ha vivido en carne propia lo que es ser cuidadora de una hija con discapacidad y las limitaciones que implica tener su foco cien por ciento en ello. Por esa razón, quiso empatizar con otras familias de Cerro Navia y ofreció su apoyo en el cuidado de otros niños, niñas y jóvenes en situaciones similares a la de su hija, para que sus cuidadores pudieran realizar actividades tan sencillas como trabajar, realizar trámites o bien asistir a una hora médica.

Esta decisión también se vio influida por lo que había sido su experiencia con el sacerdote Mariano Puga, en la comunidad cristiana Óscar Romero. Allí, junto a su marido, Óscar Herrera, ejercieron la solidaridad y la empatía. Daban charlas de matrimonio, ayudaban a drogadictos, alcohólicos, madres con hijos con diversos problemas. Fue entonces que la Popa empezó a trabajar con mujeres que tenían familiares en situación de discapacidad.

Así fue como ella visibilizó esta necesidad imperiosa de que un lugar apoyara amorosamente el cuidado de niños y jóvenes de la comuna en el salón de una capilla, la que al poco tiempo superó su capacidad y gracias a la comunidad y parte de su familia, lograron conseguir un terreno y una casa en Cerro Navia a comodato, lugar donde hoy respira la Fundación Amigos de Jesús.